sábado, 23 de abril de 2016

Gestión de la Información.

Una gestión de la información adecuada, no solo desde el punto de vista de la gestión de activos, sino desde una perspectiva más general, es siempre beneficiosa para nuestro negocio y nos permitirá tomar medidas  adecuadas a nuestras necesidades, por supuesto la información geoespacial no es una excepción.

Sin embargo, una buena estrategia de gestión de la información, no significa necesariamente, que tengamos que poseer un conocimiento exhaustivo del total de nuestros activos, de hecho, ésto es muy poco habitual, y por lo general, el coste económico para alcanzar este objetivo, está fuera del alcance de cualquier empresa, y por lo general se podría considerar una mala práctica para el negocio.

Por ejemplo, imaginemos que nuestra compañía se dedica a la distribución de agua para consumo humano. Tenemos una planta desaladora y dos localidades a las que abastecer. La primera está junto a la desaladora y la segunda, a unos 50 km. Sabemos que la información almacenada en nuestro GIS de la localidad más cercana es bastante completa y precisa. Sin embargo, la otra localidad, incluyendo la línea de conexión no está registrada en nuestro sistema. En total se estima que representa un 70% del total de nuestra red.

A primera vista se podría decir que el conocimiento de nuestra red es bastante pobre, y realmente lo es, pero si en lugar de aplicar un enfoque clásico, lo hacemos desde el punto de vista de la gestión de activos físicos, hay más factores a tener en cuenta que los meramente estadísticos.

Estudiando más a fondo el ejemplo, la localidad más alejada resulta ser una zona de viviendas unifamiliares, usadas mayormente durante fines de semana y vacaciones. Por el contrario la ciudad cercana a la planta, está compuesta por edificios de varias alturas, y su ocupación es elevada a lo largo de todo el año.
Es aquí donde entran en juego la criticidad, la priorización, el análisis de riesgos y el análisis de coste-beneficio.

Lo primero que nos tendremos que preguntar ante una situación como la descrita arriba, es, si la falta de información realmente supone una gran pérdida, en el sentido más amplio de la palabra, para la compañía, o si por el contrario es ¨algo¨ con lo que podemos vivir. Para ello, y aplicando una buena estrategia de gestión de activos, tendremos que analizar y clasificar los elementos de nuestra red, teniendo en cuenta diversos factores, para establecer así que activos son más "importantes" (priorización) basándonos en las consecuencias ocasionadas por una falta de suministro (análisis de riesgo y criticidad).

En base a lo anterior, es momento ahora de plantearse si la falta de información en nuestro sistema, necesita ser solucionada, y si el coste económico de hacerlo aporta beneficios suficientes (del tipo que sean), o por el contrario, podemos asumir el riesgo de no hacerlo.

Siguiendo con el ejemplo anterior, imaginemos ahora que en la localidad más alejada, se está construyendo un hospital que estará conectado a nuestra red de abastecimiento, en este caso nos tendremos que replantear nuevamente nuestra estrategia, ya que en este caso la criticidad de nuestro activos se verá afectada, y por lo tanto la priorización de los activos tendrá que ser revisada.

Así pues la falta de información, no es necesariamente algo que tengamos que subsanar inmediatamente, primero tendremos que evaluar si realmente la necesitamos para gestionar de una manera eficiente nuestros activos.




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